Ya lleva diez años, Marcela vividos,
con sueños de luces, gimnasia y de sol,
de ritmo y equipos, de fuego encendido,
que muestran su dulce, elegancia en el rol.
Ya lleva 10 años, de amor, y de lucha,
en pos de un futuro, que brille mejor,
y siempre Marcela, que enseña y que escucha,
con toda su esencia, frescura, y fulgor.
Y todo se vuelve, compás de alegría,
sus justas palabras, son plena ilusión,
que forma conjuntos, de hermosa armonía,
pintados con noble, y dorada emoción.









