
Indiscutiblemente, la televisión es el más
" beneficioso " descubrimiento del siglo
veinte. Es una " Bendición " para la humanidad.
Constituye una Universidad " cinco estrellas "
para los maleantes, que se nutren de sus
enseñanzas para tomar cursos avanzados de como
desmantelar el carro que se les atraviese, sea
último modelo o carcacha, forzar puertas o
robar las carteras del pobre peatón.
Los niños después de hacer a punta de jalones
de orejas sus deberes escolares, se
sientan con la nariz pegada a la pantalla, para
aprender como " el muchacho ", con una
espeluznante " Mágnum ", deja la cabeza de los
" malos " como sandía estrellada en la pared, o
aprender a desmarimbar compañeros con tremendos
" karatazos”.
Para los detectives es como agua de Mayo.
Sentaditos en sus pupitres, muy atentos hasta
de los más mínimos detalles, escuchan todos
los trucos de los policías de la TV. para
hacer hablar hasta a la estatua de León Cortés.
“Doña Rubí ", se trae de cabeza a todos los
televidentes " vetarros " del país. Cuanto
viejillo tenga un poquito de plata y un anillo
que valga algo, se sueña mullidamente
recostado entre las glándulas mamarias, de la
despampanante mujer.
Las amas de casa quitan el Santo de la repisa
del cuarto, para poner su " tele " a colores.
Después de las labores cotidianas de cada día,
obligar a recoger los juguetes a los niños,
pelear con el adolescente rebelde, y darle un
par de moquetes al marido por llegar pasadito
de tragos, enchufan la "tele" y a llorar se ha
dicho.
Y tienen toda la razón; la esposa del mejor
amigo de su esposo, le pone cuernos a su
marido, con el amante de la hermana de su tía,
quien a la vez, es media hermana de la esposa
del mejor "amigo" de su marido. ¡Qué Maraña!
¿Quien puede resistirse a moquear ante un
argumento tan " original " y cruel? Hasta
la Lorita de la casa llora, ante tan dantesco
panorama.
No hay duda, con la televisión salen sobrando
Colegios y Universidades y ahora en el siglo
21, con la Internet y los celulares, nos valga
Dios. A todos los Padres les pido que sus
hijos no olviden leer los LIBROS, que han sido
apartados de sus manos por la tecnología y
amarillentas y enmohecidas están las páginas
de nuestros fieles y lucrativos amigos.

