




Sus ojos larbas lloraban,
Sus manos resecas de amor susurraban,
Sus piernas desesperradas temblaban,
Su boca cada minuto se secaba.
Pero aquella alma malbada
desterrada su oscura frialdad se disipaba
cada palabra era un soplo que cantaba
cada mirada...una daga con sangre que chorreaba.
Un alma en sus manos ella estirpaba,
Un amor imposible... ella mataba
era el niño que la amaba
que con sus palabras de dolor ella terminaba.
