Siempre me has brindado tu amistad sin pedirme nada a cambio,
has estado conmigo en mis buenos y malos momentos,
me das un consejo cuando lo necesito.
Hemos compartidos instantes maravillosos,
yo te he brindado mi apoyo y amistad incondicional,
te consuelo cuando estás triste,
y tu me abrazas cuando estoy llorando.
Tu amistad es como un frágil cristal que se rompe facilmente.
Le doy gracias a Dios por haberme enviado a un amigo como tú,
Que Dios te bendiga hoy, mañana y siempre.
Y que mi angelito de la guarda te cuide y proteja.
atte: ana hernández g.



