Muchos pensarían en ella como la cobarde que lo deja todo pero para entenderlo tendríamos que remontarnos al pasado de ella pero podríamos resumirlo en lo siguiente los cimientos de su vida se vieron derrumbados, no tenía motivos para seguir adelante, que tonta puedes pensar pero pasa y sólo lo entiendes cuando eres tú el que se ve envuelto en esa situación.
Pero hablábamos de aquella noche, aquella noche en la que ella sólo pedía que viniera, que suplicaba que llegara le había temido siempre pero hoy sólo quiso que se la lleve no le importaba que habría después de ella ya no estaba él, que más podría importar pasaba las noches esperando en vela que aquella se apiadara ella y se la llevara.
Su llanto mudo y sus lágrimas secas no levantaban sospecha alguna ella la seguía esperando para darle una cordial bienvenida. Imaginaba el encuentro ella en su cama tirada mientras la señora muerte llegaba la cargaba y se la llevaba como príncipe quien llega a salvar a su princesa. Así imaginaba el encuentro.
Ya era habitual verla a ella inquieta ,no decía nada, en silencio la muerte esperaba.
La espera le producía demasiada impaciencia y en silencio resolvió ir a buscarla .Preparó hasta el último detalle pero debía verlo antes de empezar el largo viaje. Salió en su búsqueda sentía que debía verlo y al verlo comprendió que no hay esperanza alguna no podía seguir viviendo, se fue caminando despacio pensaba sólo en el encuentro se harta de esperarla ella partiría a su encuentro. Debía hacerlo ya no dudaba sobre ello.
Llegó el ansiado momento en que partiría cogió el arma su boleto para el encuentro, cuando al fin todo estaba dispuesto apretó el gatillo, pensó para sí afortunada seré cuando haya muerto.
Rosario
