Cuando te enamores, cuida que la otra persona sienta lo mismo por ti, de ser correspondido. Cuando te enamores trata de tener el suficiente valor de defender lo que amas y no decaer ante los obstáculos que la vida te presente.
Pero, también recuerda que, el amor no puede forzarse a ser; no puedes obligar a alguien a que te ame, ni puedes chantajearlo o manipularlo para que sienta amor; pues al contrario te odiaría. Recuerda que el amor se da espontáneamente, de manera natural.
En ocasiones no puedes resistir el impulso de abrazar a alguien, de decirle que lo amas, pero si esa persona no corresponde, no puedes pretender que con el tiempo llegue a quererte.
El amor es necesariamente de dos, para que pueda ser correspondido. No es posible cuando una sola persona es la que ama.
No es válido fingirle amor a alguien, por jugar con él (ella) o por la actitud de esa persona para contigo.
Enamorarse es caminar a un mismo ritmo; es bailar el mismo son; es tener un lazo invisible que te une a esa persona; es sentirte bien a su lado; es reflejarte en su mirada, en su persona.
Enamorarse es mirar hacia un futuro juntos; es desvelarse el uno por el otro; es depositar cariñosamente un beso en su mejilla, sin necesidad de contacto físico o carnal; es decirse con la mirada, lo que jamás se podrían decir con palabras.
Enamorarse es tener una palabra de aliento siempre dispuesta a curar las heridas del corazón, una palabra que encierre cualquier discurso amoroso; un abrazo que reconforte; una sonrisa que ilumine.
Enamorarse es sentir el deseo de ser mejor por la otra persona, de superarse, tanto emocional como mentalmente. Enamorarse es desear el bien del otro, es querer brindarle todo mediante tu esfuerzo, mediante tu empeño.
Enamorarse es reír cuando estás triste, es cantar y soñar cuando sientes que tu vida se apaga, es labrar, porque después cosecharas.
Enamorarse es inexplicable, pues cada persona siente de distintas maneras. Pero solo ten presente que enamorarse es darte por completo, darte por la otra persona…