

No descansa el alma adusta de tanto anhelo
palabras que en el viento como hojas crudas del invierno
no dejan de incrustar sus cristales de hielo
en el corazón desnudo de un adios.

Y el cielo, oh inclemente delirio
libre el viento, cruel y frío es su precio:
el dolor del ser libre sin amor
la libertad de quien elige el adios.

Mas de pronto , como aquel haz de luz
entre las nubes del otoño
se abre paso la mas hermosa vision
Tu mirada y tu sonrisa llenas de amor.

Fuiste cruel conmigo, viento
mas el día de hoy, como ayer helaste mi corazón
dejaste pasar la luz de mi dueña
que con un beso lo revivió.

