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Tuya
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Como tiembla mi cuerpo al desnudarse por dentro.
No estoy loca, le deseo como la nube al viento,
Y mis piernas danzan el placer de saberme:
deseada
amada
régimen de letras sin pudor y amotinadas...
depositadas en tu sexo.
Con voz ahogada y aroma a hembra entregada
-sándalo herido
que se encierra en su morada,
dibuja en mi espalda la luz de su karma.
No mi amor,
no detengas esta rivera que palpita en mis piernas...
ven,
recorre con tus dedos la impaciencia de mi alforja;
sube lentamente tu lengua hasta saborear la vida,
ella fielmente conduce la dicha y endosa su placer
en la firmeza de mis senos.
Por eso aunque otros duerman,
revienta en chipas de fuego la noche tranquila
-alejo en tu pecho la agitación en ronda de copas-,
y resume tu hombría en repetición de primaveras...
déjame morir una y mil veces hasta que rabie de cansancio,
al encontrarme en tus entrañas,
y tu poseas el susurro de mis labios;
cuando en mi cama se encuentre el calor y la huella húmeda,
sin distancia y fiesta de placer acumulado.

<center>Yolanda Román</center>
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