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Son las 3.45 de la tarde, del 28 de abril/2004
Y el bus escolar, avanza raudo,
Por el asfalto... va avanzando
Al terminara los chicos... su jornada.
Sus caritas se asoman cautelosas,
A través de los vidrios empañados...
Por el frío intenso de la tarde,
Pues el ambiente... está nublado.
En eso que avanza el autobús,
Inesperadamente, desde una parte más alta...
Rueda estrepitosamente, una mortal carga,
Una máquina pesada, arremete sin piedad
En contra de los niños.
Gritos... llantos, y desconcierto
Se escuchan miles de lamentos,
El autobús escolar muere por dentro,
Los niños, han sido inmolados.
Sus padres agobiados por la pena,
Se agolpan, uno a uno... en aquella escena,
Donde imágenes dantescas
Dan muestra mortal... de los pequeños.
“Ángeles que hoy han muerto, jugarán para siempre,
con los ángeles del cielo,
yo humildemente les ofrezco, una flor, una oración
y por siempre mi corazón entero.”
(Dejad, que los niños vengan a mí, porque de ellos será el reino de los cielos)
JESÚS DE NAZARETH
Al terminar, este poema, hoy 29 abril de 2004, he sabido que en diferentes accidentes en mi país, han muerto más niños... en solo tres días. Tres buses escolares, en diferentes ciudades... mi país está de luto.