Y me quede dormida pensando en esa noche,
Me levante sudando y mi corazón latía fuerte muy fuerte,
Mire a mi alrededor y no estabas tu, había sido únicamente un sueño,
Cruce mis piernas y mis manos acariciaban mi cuerpo.
Te confesare un secreto luna mía, pero no se le digas nunca,
Soñé con el, si con él hombre que me hizo suya esa noche fue tan sólo un sueño erótico que me llevo a vivir una fantasía,
De la que nunca hubiese querido despertar.
Su lengua con delicadeza redondeaba la forma de mis pezones
Con mis manos separe sus labios de mis pechos y me apodere de su cuello
¡Mi cuerpo se erizaba, se estremecía, se inquietaba!
Subía hasta mi boca y mis labios él mordía.
Sentí sus manos frías despacio entre mis piernas
Buscaba el calor de mi vientre
y suspiros y respiros profundos de mi boca salían
y con sus labios la rica miel que me hacia delirar.
¡Secretos de mi alcoba que conmigo se quedaran!
¡Secretos de mi alcoba encerrados entre mis cuatro paredes vivos están!
Y un día no muy lejano amor ya no serás sueño, ni tampoco fantasía.
¡¡Sino una realidad!!
29/10/2004
Imelda Guadalupe Badillo Zúñiga.
