<center><CENTER><table width="250" height="280" border="5" cellpadding="0" bordercolor="PURPLE"><tr><td align="center" valign="middle">

<center>JARDINERO</center>
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En el enrevesado espeso matorral de mis floraciones
has laborado embriagado de almizcles.
No hay almácigo desperdiciado en este amor,
donde a diario te desafío
a que encuentres el brote más reciente.
Nunca dije que sería un jardín de senderos bien
delineados.
Me constituí como un jardín tropical y húmedo
con especies imposibles de clasificar,
pues siempre quise poner a prueba tus intenciones de
jardinero.
Dócil jamás, crezco ahora sin embargo sobre el techo de la casa
y abrazo esta dulce extensión que habitamos,
instalo surtidores,
para que no la marchite
ni la más cruel de las estaciones.
Me embeleso en el diario cortar de tus flores,
cuál si fueras cielo mágico te poseo febril y armoniosa.
Abrojos que circundan retiro en tu senda de pinos,
donde el desafio deliro,
donde encuentro la rosa.
Nunca dije que sería jardinero de senderos bien
delineados.
Soles de primavera traigo a tu húmedo piso,
descubriendo tus aguas silentes en singurales rios,
siempre estuve dispuesto nadar por tus floraciones de
rocio.
Imponente siempre, creces como copo gigante sobre la almohada,
y abrazas la tupides de mi habitación que imaginas,
ahogas mis lamentos,
para que no se marchite,
mi brazo de jardinero.
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<center>Any Vaughan & José Xavier</center>
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