
Te vi desde lejos....
el reflejo azulado de tus cabellos
jugueteaba en tu cuello......
y recordé cuando te amé....
Aquella tarde de sonrisas revueltas,
de ávidas manos
recorriendo los senderos empedregados
de nuestros cuerpos....
Siendo cómplices de la magia genuina
empolvada de susurros
y agitados de pasiones.......
Entonces te amé en cuerpo y alma
como se aman los animales
retocados de instintos y pasiones,
aquellas que hoy
revolotean en mi piel,
esperando tu mirada
reconocer mi sonrisa.....
te vi,
en el anhelo de nuestros sueños,
en el encuentro de nuestras manos
y supe entonces....
que jamás emigrarías de mi alma.


Mary ( Noviembre 2005)