Acaríciame amor con los pétalos de tus labios,
con la suavidad divina de sus terminaciones nerviosas
hechas fuego en un instante,
con el encanto de sus toques mágicos
hechos placer,
con la sublimación de tu ser
en su pasión afrodisíaca
y cantos de piel.
Acaricia cada espacio mío,
cada poro, cada partícula de piel;
recorre mi mar de lava en sus pasiones locas
con tus labios rosa,
deslízate en mi rostro,
en mi cuello, en mis orejas...,
vuelve sobre mi boca
y danza en mi paladar
con el baile lingual de Eros.
Navega mar adentro, sobre mi pecho ardiente,
succiona con ternura de flor
mi impaciente pecho
y en círculos cadenciosos recorre mi vientre,
juega en mi pubis
y liba de mi vaso sus pasiones,
encadéname a tus amores
fúndete conmigo en placeres y sabores
de carne amada.
Navega hacia el sur
siguiendo las líneas de mis muslos y piernas,
detente y juega en mis pies
forjando en cada centímetro gozo infinito:
Éxtasis, orgasmo epidérmico, pasional himno.
Y al terminar en cada pie exquisito juego
sube suave con tus labios
por la gruta de mis pantorrillas, del anverso de mis muslos...
Haz con el barquito de tu lengua olas
en mis glúteos y mi espalda…,
y mordiendo mis lomos, ¡devórame!,
mientras te siento dentro de mi ser
y yo danzando en tus adentros calientes
piérdome en ti y tú en mí.
Y después del éxtasis sublime
navegándonos otra vez mutuamente,
acaríciame una y otra vez con la danza de tu lengua
en cada espacio mío, poro y partícula de piel…,
recórreme una vez más con tus manos,
con tus labios, con tu lengua,
con tu atrio de placer.
Y nuevamente sedientos,
ardiendo en nuestros amores
placeres y perfumes,
con tu rosa ardiente y mi clavel firme y amante
entreguémonos al amor y la pasión
en el encuentro de dos seres en delirio irracional
del columpio de las carnes en entrega,
del fluir de sudores y sabores,
de las hormonas en sus ansias,
y de las feromonas
en sus desquiciaos locos.
Y una vez más al unirse a la totalidad
en el éxtasis de dos en uno,
nace a la paz y la vida.
Amor, esta entrega nuestra,
al margen del tiempo y el espacio,
es la danza de dos cuerpos desnudos,
de nuestras brazos y piernas,
de nuestras manos y dedos,
de nuestras miradas y suspiros,
de nuestras narices con sus agitadas respiraciones,
de nuestros labios y nuestras lenguas,
de nuestros poros y nuestras pieles,
de nuestros sexos penetrados,
de nuestro ser,
de nuestro todo y nuestra nada,
de la singularidad de dos y de uno...,
de la totalidad.
Es, vida mía, nuestro cielo.
22 – 04 - 2004
Nuestra entrega
- Poetamor
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<center>QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR</center>
Joselito Fernández Tapia

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- Guillermo Cano Botero
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Poetamor
Toda una prosa a la entrega pasional del ser racional, en una entrega sin igual e irracional, para el acto sublime del amor. Felicitaciones.
Con respeto y admiración.
Guillermo
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“Decir no sé, quiero aprender…es ser sabio”
Omerlliug Onac - siglo V
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