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Aéreo, alado, azul.. eterno

La placidez remota
El esquilón repite su misma nota
Se amortiguan los ojos y se enlazan los dedos
De pronto, bajo la varilla de un hada, fuego
Por todas partes brotan por las cumbres
La primicia insinuante de sus piernas, donde
Todo lo insulsa, todo lo desvaneces, el hondo
Silencio azul, la inmensidad sin fondo
Alumbro sus púberas redondeces
Extasiado, me embriagueces
En la fuente decrepita que iza un iris canoro
Pletórico seno donde penden sonrojados infantes, frutos maduros
Emulo en fervoroso alarde, tu pecho arde
Fragantes uvas de boca a boca
Mi lengua en la ebria fruta emboca
Finjo para que el juego lánguido se retarde
Sus manos en un gesto gótico de cansancio
Mi alma es incandescente y manso
Bebo succiones supremas de la delicia desconocida
Hilo de nuestras lagrimas seducidas
Tiempo inerte de un silencioso arrimo
Los dos ensayamos la insinuación de un mimo

Ricardo Flores
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