arrebatada por la pasión que en mi despiertas.
Tu boca explora lo mas intimo de mi, la mía, ávida,
succiona cuanto de sustancia vital tienes para mi.
Quiero escuchar mi nombre en el momento álgido del placer,
que tu voz me nombre y me llame, pues todo en mi te llama.
Esta noche, no reconozco mi olor, todo me huele a ti.
Mis pulsos acelerados, mi humedad de volcán apagado,
todo amor, todo me dice que esta noche, de nuevo, que he sido tuya, como en otras veces, sin condiciones, enloquecida en el calor de tu cuerpo que ya no entiende de distancias ni de miedos.
He sentido tus furias desatadas cabalgando sobre mi cuerpo
se han mezclado nuestros fluidos.
Mi espalda se arquea para dejarte paso a lo mas profundo, donde quiero sentirte,
donde quiero tenerte eternizado en este vértigo que me invade,
en este sublime placer desatado.
Marina.
