Para mi sorpresa (y no sorpresa), tras ella encontré una imagen que nunca he olvidado: la niebla adentrada en el pueblo, en la penumbra.
La respiración agitada, la vista al frente sin punto fijo y la boca entreabierta dando sorbos de aire renovado, cerré la puerta tras mi espalda y apoyada en ella relajé todos mis músculos liberándome del peso en este pecho.
Quisiera huir a donde permanece la noche y el sonido del silencio donde nada perturba el equilibrio natural de lo sereno, donde no existe el caos. Hastiada de esta vida, la que me ofrece caminos realizables a cambio de un gran esfuerzo casi mortal para cumplir mis deseos. Y es que no todo está en mis manos (la sociedad se mueve como este universo: cada planeta sobre sí mismo, llegando a colisionar entre ellos), la libertad de mis acciones se terminan donde empiezan otras...
¿Será esa la razón de hoy?
Doy un paso adelante deslizándome en los escalones, con la sensación de mis piernas encadenadas como un preso, imaginariamente; me siento al borde recogida entre mis piernas apoyando la cabeza en mis manos en un acto de reposo.
No me rendiré a este lugar aunque sea la esencia de mi mente. No nací para perder ni quedarme esperando el regreso de esa esperanza ... inexistente ...
Pero hoy, no existirá nadie, sólo dejaré caer mi cabeza entre mis piernas y desahogaré estas ansias, de superar el sentimiento de impotencia.
Aunque el sentido a la vida no conozco, el instinto de supervivencia permanecerá por el resto de mis días, ya sea escapando y suplicándome más fuerza interior. No obstante, hoy desbordaré esta soledad que siempre me acompañará.
No ganarás esta partida, Vida.
PD: Aunque no suelo escribir mucho, os mando un saludo a tod@s !!.
PD2: Estos escritos míos no son desde la más absoluta tristeza, sino que dentro de la misma reflejo un instinto de supervivencia, un cierto optimismo
