
<center>Por esos pasos errados en la vida,
que algún día habrán de comprender,
se quedaron residentes de por vida en el alma,
de esta mujer que es madre y padre a la vez...
Amor que antes fue de a dos para ustedes,
se ha dividido, y yo cloné mi corazón,
para que nada les falte esta vez...
La vida me trae vientos fuertes:
me desploma, me tambalea, me llena de preguntas,
respuestas que tengo enfrente, otras que no debo saber...
Ustedes entre su inocencia y su madurez,
me llenan el camino de flores, de suaves caricias,
que me ayudan a no desfallecer.
Hoy les digo mis hijos que soy su madre y su padre también...
No me divido en dos con ustedes, mucho menos en tres,
una sola pero fuerte, con espalda ancha para cargarles el alma,
hasta que aprendan a caminar solos en su adultez.
Jamás verán de mí una sonrisa falsa, muecas escondidas,
aún mis lágrimas de ustedes no esconderé,
para que ustedes, mis hijos no olviden,
que tienen un alma, un corazón, que son humanos también.
Amarguras les ofrezco pocas, alegrías infinitas,
compañía eterna, dos más dos nuestros pies...
Que el mundo es duro, en eso nunca les mentiré.
Pero no olviden que Dios y yo estaremos con ustedes,
aquí en la tierra soy su madre y su padre a la vez,
pero en el cielo tienen al Gran Padre
a quien siempre le pido que nos cuide a los tres.
Y cuando llegue el día en que deba irme con Él,
me convertiré en aire, para acompañarles siempre,
no importa en donde estén.
¡No tengan miedo mis hijos, que soy su madre, y su padre también!
