





De olvidados confines,llegan las
aves exhaustas al manglar
desde la orilla èste fardo desconocido
las contempla
Mi pose yoga de muslos abiertos,
cangrejos merodeando,retrocediendo
sus huellas en la arena
Esta pura soledad que me trago
a yodo por los poros y una gaviota
rezagada que me baña de excremento
oxigenandome el zumbido del dia
La rosa vino tinto mustia en mis manos,
con hormigas contandole sus
petalos
mi pelvis abandonada en la arena,
con potestad sobre todos mis organos,
la insaciable osteroperosis de mis huesos
Quisiera encontrarme en una isla,
sin mapa,guiada por el olor de mi hombre,
que subsiste desde que lo anhelo en mi mente,
arrastrarme con èl hacerlo polvo
y no estar en èsta playa tan distante,
viendo morir el placton bajo las
manchas de aceite de èste mar
Solo contando con mi cuerpo
y el chillido de las aves del manglar