ASli donde la lluvia de los ojos se apaga
al vaivén que esponja la esperanza en el silencio.
Apagué las velitas del cielo con mil besos,
bebí con mi piel el sol de la fresca mañana,
me recosté en el tul de la tarde y
soñé despertando la Luna para encontrarte.
Rasgué el viento con mis manos llamándote,
esquivé las nubes con mis sueños,
aticé con versos tersos leños y se apagó mi alma,
al final de aquél recuerdo.
Abrí los ojos y en atuendo sereno te acercabas cándida cuál Sirena, nadando en el espacio mudo de la nada
para posarte en la frase hundida. ¡Allí no hay nada!
Te esperé al final de un recuerdo,
Apagué las velitas del cielo con mil besos,
Rasgué el viento con mis manos llamándote,
Abrí los ojos y en atuendo sereno ¡Allí no hay nada!

