Mensaje
por Doral » 11 Nov 2006, 10:51
En muchas ocasiones cuando llegamos a una determinada edad, nos ponemos en la cómoda postura de decir: "Yo ya no puedo cambiar", "Mis mejores tiempos pasaron" "Ya soy así". . . . Toda época es buena para cambiar, para hacer que nuestra primavera vuelva florecer, siempre mientras hay vida hay tiempo para mejorar nuestra unión espiritual al amor en cada pensamiento y sentimiento.
Creo que todos, absolutamente todos tenemos la obligación de cambiar el invierno por primavera en nuestra existencia, aunque sea otoño o nos truene o llueva a raudales, todos los días como sucede con la naturaleza, pongamos atención y veamos como los árboles arrojan las hojas secas para que salgan los brotes nuevos, ellos se revisten de una belleza sin igual y posteriormente vendrán las flores y los frutos.
Lo que sucede con nosotros es que somos egoístas, sólo lo nuestro es importante, sólo nosotros tenemos la razón, las mejores cosas y opiniones, sólo lo mío y los míos cuentan. Los demás se deben acomodar a mí, aceptando que ya soy así, como si la gente tuviera obligación de aguantarnos nuestra forma de ser "caduca y oxidada".
Tenemos que cambiar y ser menos duros, ya que la vida ha ido enseñando que la humildad es el don más bello que puede adornar a una persona y por lo mismo hacerlo muchísimo más valiosa.
Tenemos que tratar de cambiar y de ser mas humanos, mas rescatables ante los sentimientos mas amorosos, debemos pedirle a nuestro PADRE DIOS que nos ayude a combatir lo malo y a acrecentar lo bueno.
Con frecuencia vemos a las demás personas como un número, o quizás con una etiqueta que de antemano les ponemos, pero al no detenernos a escucharles, a convivir, perdemos lo más bello que es la relación en la comunicación para con nuestros semejantes.
Estamos integrados en un mundo con seres que reclaman ser tratados y amados como humanos, todos necesitamos de todos, pero ¿cuántas veces dejamos de comportarnos como seres humanos?, ¿de interesarnos vivamente por lo que les sucede a los demás, por sus circunstancias, por sus sufrimientos, por sus angustias, por sus carencias?
Definitivamente que no podemos remediar situaciones, pero sí ayudar a consolar y comprender en la forma que cada uno pueda.
HOY, te digo Loly querida, que NUNCA ES TARDE para cambiar, para tratar de ser mejor persona, un dejar todas las cosas negativas, las que nos dañan, las que nos quitan la paz y nos apartan de la presencia de Dios, para volver a empezar con un pensamiento positivo que alimentemos día con día, como si fuera dejar que nuestra primavera floresca cada día como si fuera el primero de nuestra vida.
Todos podemos cambiar en algo para mejorar nuestra salud física, mental, emocional o espiritual y así mejorar nuestra personalidad, decidirnos a poner un toque de alegría y amor en la amargura de un mundo en que nos estamos asfixiando, pues parece ser una isla de egoísmo.
La labor ciertamente es de todos, pero debemos empezar por nosotros mismos pero a la voz de:¡¡YA!!.
Tenemos que poner entusiasmo en todo lo que realicemos y poco a poco se irá notando el cambio, las flores nuevas de las virtudes irán germinando, y nuestro árbol de vida lucirá radiante las cosas de diferente manera y nos daremos cuenta de que NUNCA ES TARDE PARA LOGRAR SIEMPRE VER FLORECIDA NUESTRA EXISTENCIA QUE ES LA UNICA Y ETERNA PRIMAVERA DEL CORAZON.
Orgullosamente tu amiga,
Doral.
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