Mensaje
por Doral » 13 Nov 2006, 22:06
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Dice una canción, y qué hermoso sería que ese camino fuese siempre pleno de luz, conciencia y anhelos de dejar de lado las superficialidades. Seres que llegan al mundo y caminan sin ninguna esperanza, negados a enfrentar un destino cierto, conformes en su conformidad de ser copias baratas, imitación, papel reciclado y por demás ilegible en sus conceptos y preconceptos de vida. Olvidándose de inyectar nueva savia a las venas contaminadas con viejos hábitos, rancios y caducos que conducen a una razón enajenada, desviada, errónea y madeja enrredada.
Cuánta verdad encierran tus letras querida Mónica, eres un libro abierto, siempre dispuesto a profundizar en las páginas más esotéricas que encierran el misterio, manjar exquisito de la sabiduría que para muchos es inadmisible, y hasta te juzgan, -Sí- se enojan por no entender, por resultarles ajena y por demás desconocida.
¡Ah!...pero qué fácil,
¡Qué fácil, pero qué fácil es dejarnos llevar por un arrebato de ira! ¡Cuántas consecuencias nos trae! ¡Qué fácil es gritarle a cualquier persona todo aquello que en nuestro autorizado criterio no está bien!
¡Qué fácil es ofender a los demás!
¡Qué fácil es dejarnos llevar por la impaciencia!
¡Qué fácil es culpar a los que nos rodean de nuestros propios errores!
¡Qué fácil es darle la vuelta a la hoja y tomar el teléfono y gritarle a alguien con ira todo el coraje que llevamos dentro, porque algo nos contrarió!
¡Qué fácil es decir que tenemos mucho carácter!
Pero es precisamente al revés, lo hacemos por falta de carácter, porque el que verdaderamente lo tiene: SE DOMINA.
Qué importante es tratar de tener DOMINIO DE SI MISMO, es saber cerrar la boca cuando quisiéramos gritar a otro sus verdades, sus errores, sus pecados.
Definitivamente que el saber controlarse no es cosa fácil, como todo lo que vale la pena, es necesario tener una muy buena dosis de vida interior por medio de una oración profunda con nuestro PADRE DIOS, pedirle ayuda, decirle que no podemos dominar ese León de la soberbia que llevamos dentro, creemos que todo nos lo merecemos! ¡Qué mal!
Que aplaque ese león de la boca que nos nubla el entendimiento y decimos tantas cosas que luego nos arrepentimos, ese león de los celos que nos está dañando, nos molesta que amen más a los demás, que los estimulen, que los inviten, que destaquen más.
Que nos quite esa costumbre de hablar mal de los demás, ese tener en la lengua un dardo y dejarlo ir para destrozar la confianza y las almas de quienes nos escuchan.
La lengua es el arma más rápida para matar y la más peligrosa.
El dominio de sí mismo es tan importante para nuestra felicidad, para tener armonía en nuestro hogar, en nuestro ambiente, si supiéramos dominarnos viviríamos mejor.
A veces creemos que es muy importante saber DOMINAR A LOS DEMAS, y ésto es algo relativamente fácil, con un poco de ingenio y capacidad podemos lograrlo, pero… DOMINARSE A SI MISMO, es algo especial en almas muy grandes.
Ese poder entregarle noche a noche a nuestro Dios todo un ramillete de cosas que hacemos mal o que nos molesta.
A medida que podamos tener el dominio de nosotros mismos, seremos espiritualmente muy fuertes, tendremos mucha más capacidad para comprender, para aceptar, para acompañar, para perdonar, para AMAR.
Para lograr ésto es necesario tener una vida interior más profunda sólo se obtiene por medio de la oración y la eucaristía, estar unidas íntimamente con JESUS EL CRISTO, conocer su palabra, pedirle que poco a poco nos transforme, que nos ayude a VIVIR lo que que hemos aprendido de la vida.
Necesitamos ser congruentes con nosotros mismos y con los demás, en vez de estar diciendo una cosa y hacer otra.
El hombre es lo que es su vida... Se debe ser congruente en nuestros actos, como somos en nuestros pensamientos, porque mas allá de éstos, se encuentra lo que hasta hoy, a todos nosotros, nos es desconocido.
La oración con fervor es transformante, hará que poco a poco vayamos dominando a ese León que llevamos dentro.
Permíteme Sabrita querida, a aprovechar tu hermoso jardín reflesivo transmutado en poema, a que por lo menos intentemos todos, DOMINARNOS para poder ser mejores y así acariciar la posibilidad y la esperanza de llegar a tener algún día, un mundo mejor, y que si tenemos que seguir siendo caminantes, al menos saber hacia qué dirección se dirigen nuestros pasos errantes.
Mil gracias por compartir algo tan nutritivo,
Doral.
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