eres rayo del sol y de la luna.
De entre tantas mujeres no hay ninguna
como tú que me llene el pensamiento.
Solamente por ti pierdo el aliento;
para ti soy un niño que en la cuna
entre blandos pañales de ovejuna
estremece tu amor de sentimiento.
Ese frágil bebé tiene mis ojos
y la misma ternura que tú tienes.
Hasta tiene el color de tus cabellos.
Son sus labios los tuyos y tan rojos
y parece que laten en sus sienes
las bondades de Dios y sus destellos.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC
