donde el esplendor iluminaba todo
en rededor, el brillo de las estrellas
parecía caer como una densa
bruma...
El mar en su quietud, invitaba a
alzar el vuelo; como en noches de
antaño en las cuales, los sueños
estaban lejanos de la orilla...
La brisa marina hoy envuelve
los sentidos, en una danza eterna
donde florece el reencuentro de
sensaciones adormecidas, que
regresan con más fuerza a la
orilla como un nuevo oleaje de
de vida...
Autor: María Auxiliadora Fernández Velásquez.
Mérida.Venezuela 01/02/004


