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¿Qué Sabes Tú De Mi Vida?

¿Qué sabes tu de mi vida, sino te cuento?
Vienes armando argumentos, sin conocer mis heridas.
¡Si es verdad…es mi querida! ¡Y aquella mi mujer!
Sin embargo sin querer, voy queriendo sin medida.
Nadie sabe si es mentira, o como se pueda entender,
que teniendo una mujer, se piense en una querida,
y como se puede enseguida, enamorarse a la vez.
Llevar la vergüenza en los pies, cuando critiquen tu vida.
Pero que el mundo decida…y yo lo puedo explicar.
De cómo se puede encontrar otra mujer… ¡La querida!
Un día llega a entender, al llegar cansado a casa,
que esa que es la mujer, ya no te besa ni abraza.
Que no hay un guiño…una sonrisa ni un verso
y mucho menos el cariño, acompañado de un beso.
Me critican sin derecho, sin conocer de mi vida
y me apuntan con despecho, ensalzándome enseguida.
Pero saben pocas cosas, porque nunca pueden ver,
sin conocer que mi esposa, ni siquiera es mi mujer.
Una mujer descuidada que nunca ríe ni espera,
ella misma es la que entrega, su marido a la majada.
Que siempre llega cansada, con rencores y con agravios,
sin fijarse en el horario, del hombre solo en la almohada.
¿Qué sabes tu de mi vida? Si no te digo…si no te cuento.
Voy ocultando la herida, que me causa sufrimiento.
Esa…la que me espera escondida, a la que critican sin ver,
es la que da sin medida, lo que niega mi mujer.
¿Qué sabes tú de mi vida…si no te cuento?

Respuesta: ¿Y Que Saben De La Mía?
¿Te buscaste una querida? ¿O no pudiste querer?
A mí que soy tu mujer, la que se dio sin medida.
Nunca fui tú consentida, ni me diste tanto amor,
ni me pusiste una flor, en tu llegada o partida.
Ahora soy la pérdida, la que no llega y te besa,
o volteo la cabeza, sin darte la bienvenida.
Ni tampoco me dedicas, un día del calendario,
Para fijar un horario, porque siempre te complicas.
Ya no soy esa odalisca, que desnudaba en tu cama.
Ahora soy una mucama, que siempre te mortifica.
¿Estoy muy fea o muy vieja? ¿Y te abochornas conmigo?
Ya no somos la pareja, que soñábamos con hijos.
Siempre que llegas me fijo, que nunca llegas contento,
llevas tu enojo por dentro, pensando que yo te aflijo.
Ahora resulta que yo, vengo sobrando en tu vida,
ahora que vives entre dos ¡Es primero…tu querida!
La gente ríe y no se cuidan…y ya me dicen ¡la otra!
Sin importar lo que digan, sigo lavando tu ropa.
Te lavo, plancho y cocino, y no te digo mentiras
y así abochornas a tus hijos y te exhibes con queridas.
No sigas con ese cuento, que estas solo y no te quiero,
cada cual cuenta su cuento, a su modo, con su enredo.
¿Y ellos que saben si no les cuento? ¿Qué saben si no les digo?
Voy abrazando a mis hijos…y llorando a solas por dentro.

Osmani LLlombart
Marzo 2007
Derecho Reservado</center>
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